13 de abril de 2017
La reconocida actriz de "Abzurdah" quedó semi-desnuda frente a todas la cámaras en la presentación de su nueva película.
Crónica de un suceso embarazoso.
Eugenia Suárez luciendo su vestido en una sesión de fotos. |
El viaje hasta la locación fue en limusina. Eugenia viajaba sola en el asiento de atrás, convenciéndose de que todo iba a salir excelente, ya que, aunque frente a las cámaras pareciera confiada y egocéntrica, realmente era tímida e insegura. Llamo a su madre para que le dijera unas palabras de aliento, que luego dijo unas palabras para los periodistas "Mi hija estaba muy nerviosa y cometió un error que va a quedar marcado en su carrera", pero eso solo hizo que se sintiera más intimidada, porque su madre le dijo que toda su familia estaría mirando la transmisión en vivo
El chofer, que luego daría testimonios de lo tenso que estaba el ambiente en el vehículo, comenzó a disminuir la velocidad hasta que se detuvo en la zona amarilla del asfalto. Le dijo a la señorita que ya habían arribado y que podía bajarse del transporte en cuanto estuviera lista. Eugenia revisaba su maquillaje y, mientras se miraba al espejo, iba tomando confianza; tanta confianza tomó que abrió la puerta de la limusina de un golpe y, con el ímpetu y velocidad de un puma, puso un pie en la vereda y de un salto se paró. Todas la cámaras apuntaban a ella, que con una sonrisa para nada actuada posaba, pero pronto esa sonrisa se fue desvaneciendo, ¿Por qué se estará preguntando usted? Como Eugenia salió con tal ímpetu no se dio cuenta de que su zapato había pisado la deslumbrante prenda y, ya que, la actriz había bajado de peso, su travieso vestido, resbaló por su cuerpo como el agua cae de una cascada. Ella no llevaba puesto sostén. Por lo que Eugenia quedo semi desnuda, como la estatua de Venus, la diosa griega, frente a todas la cámaras. Trató de taparse con sus manos sin éxito, mientras toda la prensa tomaba fotografías, como si fueran cazadores mirando a su presa, hasta que, por fin, se recompuso y volvió a poner su vestido como originalmente había sido arreglado y se dirigió con la frente en alto hacia el interior de lo que parecía la salvación, o por lo menos u lugar donde no hubiera cámaras.
El chofer, que luego daría testimonios de lo tenso que estaba el ambiente en el vehículo, comenzó a disminuir la velocidad hasta que se detuvo en la zona amarilla del asfalto. Le dijo a la señorita que ya habían arribado y que podía bajarse del transporte en cuanto estuviera lista. Eugenia revisaba su maquillaje y, mientras se miraba al espejo, iba tomando confianza; tanta confianza tomó que abrió la puerta de la limusina de un golpe y, con el ímpetu y velocidad de un puma, puso un pie en la vereda y de un salto se paró. Todas la cámaras apuntaban a ella, que con una sonrisa para nada actuada posaba, pero pronto esa sonrisa se fue desvaneciendo, ¿Por qué se estará preguntando usted? Como Eugenia salió con tal ímpetu no se dio cuenta de que su zapato había pisado la deslumbrante prenda y, ya que, la actriz había bajado de peso, su travieso vestido, resbaló por su cuerpo como el agua cae de una cascada. Ella no llevaba puesto sostén. Por lo que Eugenia quedo semi desnuda, como la estatua de Venus, la diosa griega, frente a todas la cámaras. Trató de taparse con sus manos sin éxito, mientras toda la prensa tomaba fotografías, como si fueran cazadores mirando a su presa, hasta que, por fin, se recompuso y volvió a poner su vestido como originalmente había sido arreglado y se dirigió con la frente en alto hacia el interior de lo que parecía la salvación, o por lo menos u lugar donde no hubiera cámaras.
Luego de estos sucesos, la reconocida actriz no dio testimonios e hizo como si nada del memorable y embarazoso evento hubiera pasado.
Muy bien, Vera. Está mucho mejor, aunque hay algunas repeticiones innecesarias de palabras, como por ejemplo, "Eugenia".
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